SI PIENSAS....

Si piensas que estás vencido, lo estás;
si piensas que no te atreverás, no lo harás;
si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes,
es casi seguro que no lo lograrás.


Si piensas que vas a perder, ya has perdido;
porque en el mundo encontrarás
que el éxito comienza con la voluntad;
todo está en el estado mental.


Muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido,
y muchos cobardes han fracasado
antes de haber su trabajo empezado.

Piensa en grande y tus hechos crecerán,
piensa en pequeño y quedarás atrás,
piensa que puedes y podrás;
todo está en el estado mental.


Si piensas que estás aventajado, lo estás;
tienes que pensar bien para elevarte,
tienes que estar seguro de ti mismo,
antes de ganar un premio.


La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte o el más ligero,
porque tarde o temprano, el hombre que gana,
es aquél que cree poder hacerlo.




Napoleón Hill ha sido quizás el hombre más influyente en el área de logro personal de todo el tiempo. Su clásico "Piense y hágase rico" ha ayudado a millones de personas y ha sido importante en la vida de muchas personas de éxito incluso en la de W. Clement Stone y Og Mandino.Su cita más famosa era: "lo que la mente de hombre puede concebir y puede creer, puede lograr." Luchando contra toda clase de grandes desventajas y presiones, dedicó más de 25 años de su vida a entrevistar a los grandes triunfadores e investigar sus carreras. ¿Su meta? Aislar y definir las razones por las cuales tantos fracasan y tan pocos alcanzan el éxito.



EL EXITO ES MAS SIMPLE DE LO QUE CREES

Publicadas por Ana Karina Gallardo Gómez

Cada vez más se refuerza la ilusión de que el éxito —profesional, financiero, emocional, familiar— es producto de algo "grande"; resultado de un evento que, cual remolino, cambia tu vida en un instante.
Esta es una visión parcial y limitada del proceso que conlleva vivir una vida plena.
Hay y van a haber momentos cruciales en tu vida; instantes que marcan un antes y un después separados por grandes cambios.
Pero aquí te tengo una noticia liberadora:
El éxito se construye o destruye en lo cotidiano. Son las pequeñas cosas que hoy puedes hacer —o dejar de hacer— las que marcan la dirección de tu destino.
Lo "malo" de esto es que desmonta la visión del éxito como producto de ganarte la lotería, lograr la promoción o solucionar tu vida con un cambio drástico y único.
Lo maravilloso es que esta noción nos lleva a reconocer que el potencial de éxito está en todos. Porque no son las cosas extraordinarias que requieren esfuerzos sobrehumanos o talentos fuera de lo común, sino las pequeñas y simples acciones que hoy haces o dejas de hacer.
Dicho de otra manera:
Tu éxito depende muchísimo más de tus hábitos que de actos heroicos.
A alguien le escuche una vez decir que si trabajas en tus metas por diez años, disfrutarás de un éxito de la noche a la mañana.
Fíjate en esta lista de acciones posibles:
Dedicarte 10 minutos a planificar tu día
Clarificar tus metas de esta semana
Mantener un enfoque productivo en tus horas de mayor energía
Decirle "No" a lo que pueda distraerte
Sentarte a conversar con y a escuchar a tu pareja
Tomar suficiente agua para mantener tu cuerpo hidratado
Leer por 20 minutos una lectura nutritiva para tu mente y alma
Ser honesto contigo y con los demás
Reconocerle al otro que estabas equivocado
Llevar un diario personal de reflexiones y aprendizajes
Hacer una lista de los momentos mágicos por los que puedes estar agradecido esta semana
Meditar por 10 minutos
Comer lo que sabes que te dará energía durante el día
Todas ellas tienen algo en común: son muy sencillas y fáciles de hacer. Igualmente, es muy fácil no hacerlas.
Es muy fácil dejar que se te vaya el día sin responder a la llamada que te hicieron. O postergar la conversación con tu hijo. O racionalizar por qué no tienes tiempo para hacer ejercicios.
El éxito —tanto el más sublime como el más material— depende de la acumulación de pequeñas acciones. Lo que es más, mantenerlo está supeditado a tu capacidad para ser consistente.
Pequeñas acciones, realizadas una y otra vez, de manera consistente. Esto es lo que te da el poder de conducirte no solo al logro de lo que quieres, sino también a la posibilidad de mantenerlo.
No queremos un éxito esporádico. No estamos en la búsqueda de ganar para luego perder lo alcanzado. Lo que queremos es un éxito en sostenida expansión.
Y hay una clave: tus hábitos.
Cuando pensamos en hábitos usualmente nos viene a la mente cosas simples como el cepillarnos los dientes. O incluso aquellas acciones repetidas que sabemos destructivas, como el fumar.
Quiero que pienses en tus hábitos desde otra dimensión: la del diseño de tu éxito y la construcción de la vida que realmente quieres vivir.
Diseña tus hábitos hoy para que ellos creen el futuro que disfrutarás mañana.
Porque más que el lo extraordinario, el camino al éxito es determinado por lo cotidiano. Por lo simple realizado una y otra vez. Por los hábitos que le dan continuidad a las pequeñas acciones de las que depende la construcción de lo que quieres.
¿Qué hábitos necesitas desarrollar para construir la calidad de vida que quieres? ¿Qué simples acciones necesitas incorporar en tus rutinas o rituales diarios para llevar tu vida al próximo nivel?
Identifica aquellos simples hábitos que pueden acelerar tu avance. Puedes hacerte la pregunta por cada una de las diferentes dimensiones de tu vida:
¿Qué hábitos me permitirían aumentar y fortalecer mi salud y vitalidad? ¿Qué simples acciones puedo incorporar en mi día a día para aumentar mi productividad? Para mantener mi desarrollo continuo ¿qué hábitos de aprendizaje puedo incorporar? ¿Qué cosas puedo hacer de manera consistente para enriquecer mis relaciones personales? ¿Cuáles son esas cosas simples que puedo hacer semana tras semana para mejorar mis finanzas? ¿A través de qué simples actos puedo aumentar mi sensación de plenitud espiritual?
Te propongo algo: identifica tres nuevos y potenciadores hábitos a incorporar en tu vida durante los próximos tres meses. Solo tres. Tres nuevas acciones a hacer parte de tu cotidianidad como hoy lo es —¡eso espero!— el bañarte cada día.
Comienza a ponerlas en práctica. ¡Hoy mismo!
Y por al menos un mes, ejercita tu determinación para repetir esas prácticas una y otra vez, día tras día. En cuestión de semanas te encontrarás ejecutando tus nuevos hábitos como es: en automático.
Y desde estas nuevas y simples acciones estarás imprimiéndole una nueva fuerza a la construcción de tu éxito.
Lo que es fácil de hacer es también muy fácil de dejar pasar.
Pon a prueba tu disciplina.
Que no se te vaya la oportunidad que hoy tienes de fortalecer esos hábitos que, a la larga, son los que terminarán no sólo tu éxito, sino también tu capacidad para mantenerlo.


Autor Desconocido