Alejandro Ariza Z.
La magia de la lectura es indispensable que la viva un ser humano que realmente desea ser más humano. La lectura, además de ser importante por sí misma, ayuda aún más a quien se ha instruido para que como consecuencia la magia se empiece a vivir: la persona que lee logra una mejor forma de pensar, sus opiniones se hacen más interesantes, logra mejores observaciones y además se incrementa su creatividad. En general se transforma en una luz para los demás. La persona que lee observa, escucha y siente al mundo de una manera que ninguna otra persona lo puede percibir.
La persona que lee adquiere auténticos placeres y distracciones saludables que le dan una satisfacción interior difícilmente equiparable a ninguna otra exterior.
La persona que lee se transforma en parte del universo del conocimiento y de la misma educación.
La persona que lee es libre de pensamiento. Cada vez más posee mayor objetividad y comprensión de los acontecimientos que ocurren en su entorno.
La persona que lee se ilustra en la corrección de su lenguaje y en el apasionante y amplísimo ámbito de las demás ciencias y artes.
La persona que lee tiene la oportunidad de descubrir el pensamiento de los demás y por tanto, tiene la fortuna de enterarse del criterio de estos en relación a diferentes temas y reflexiones de vida.
La persona que lee puede comparar su forma de pensar con otros seres humanos y así ampliar y normar su propio criterio.
La persona que lee tiene la dicha de poder imaginar cada vez más, soñar y adentrarse en sí misma, lo que le permite desarrollarse y crecer en lo más profundo de su espíritu, es cuando se hace más humano.
La persona que lee también libros de superación personal y autoayuda, desarrollo humano y filosofía, tiene un pensamiento más acorde con la verdad esencial y llena su vida de sueños e ilusiones que ahora sabe puede alcanzar con alegría, crece en conocimiento basándose en leyes naturales y principios universales, logra desarrollar la capacidad para discernir lo que ocurre en la vida y, lo mejor: puede influir positivamente en la vida de los demás con mayor profundidad e impacto para beneficio de la humanidad, y es que la persona que lee, siempre incrementa su confianza en sí mismo y con ello siente la fuerza para ayudar a los demás.
La persona que lee logra desarrollar una NUEVA CONCIENCIA a través de la cual tiene la opción de decir cosas agradables, interesantes y generadoras de energía para sus semejantes. La persona que lee es un comisionado de Dios para seguir llevando su mensaje a la humanidad ya que sabe que cuando reza, le habla a Dios, pero cuando lee, Dios le habla a él. Así, la persona que lee vive con una gran...
¡Emoción por Existir!
La magia de la lectura es indispensable que la viva un ser humano que realmente desea ser más humano. La lectura, además de ser importante por sí misma, ayuda aún más a quien se ha instruido para que como consecuencia la magia se empiece a vivir: la persona que lee logra una mejor forma de pensar, sus opiniones se hacen más interesantes, logra mejores observaciones y además se incrementa su creatividad. En general se transforma en una luz para los demás. La persona que lee observa, escucha y siente al mundo de una manera que ninguna otra persona lo puede percibir.
La persona que lee adquiere auténticos placeres y distracciones saludables que le dan una satisfacción interior difícilmente equiparable a ninguna otra exterior.
La persona que lee se transforma en parte del universo del conocimiento y de la misma educación.
La persona que lee es libre de pensamiento. Cada vez más posee mayor objetividad y comprensión de los acontecimientos que ocurren en su entorno.
La persona que lee se ilustra en la corrección de su lenguaje y en el apasionante y amplísimo ámbito de las demás ciencias y artes.
La persona que lee tiene la oportunidad de descubrir el pensamiento de los demás y por tanto, tiene la fortuna de enterarse del criterio de estos en relación a diferentes temas y reflexiones de vida.
La persona que lee puede comparar su forma de pensar con otros seres humanos y así ampliar y normar su propio criterio.
La persona que lee tiene la dicha de poder imaginar cada vez más, soñar y adentrarse en sí misma, lo que le permite desarrollarse y crecer en lo más profundo de su espíritu, es cuando se hace más humano.
La persona que lee también libros de superación personal y autoayuda, desarrollo humano y filosofía, tiene un pensamiento más acorde con la verdad esencial y llena su vida de sueños e ilusiones que ahora sabe puede alcanzar con alegría, crece en conocimiento basándose en leyes naturales y principios universales, logra desarrollar la capacidad para discernir lo que ocurre en la vida y, lo mejor: puede influir positivamente en la vida de los demás con mayor profundidad e impacto para beneficio de la humanidad, y es que la persona que lee, siempre incrementa su confianza en sí mismo y con ello siente la fuerza para ayudar a los demás.
La persona que lee logra desarrollar una NUEVA CONCIENCIA a través de la cual tiene la opción de decir cosas agradables, interesantes y generadoras de energía para sus semejantes. La persona que lee es un comisionado de Dios para seguir llevando su mensaje a la humanidad ya que sabe que cuando reza, le habla a Dios, pero cuando lee, Dios le habla a él. Así, la persona que lee vive con una gran...
¡Emoción por Existir!