La gente suele preguntarme cómo hice para alcanzar el éxito en un periodo de seis años cuando mucha de la gente que conocía no lo consiguió. La respuesta es sencilla: Las cosas que yo encontré fáciles de hacer, ellos encontraron fácil no hacerlas. Para mí fue sencillo fijar los objetivos que podían cambiar mi vida. Ellos encontraron que lo sencillo era no hacerlo.
Para mí fue sencillo asistir a las clases y a los seminarios, y relacionarme con otros triunfadores.
Ellos dijeron que se trataba probablemente de algo sin importancia. En resumen, diría que lo que yo encontré sencillo de hacer, ellos encontraronque era más sencillo no hacerlo. Seis años después, soy millonario mientras ellos siguen culpando a la economía, al gobierno, y a la política de las compañías, cuando la realidad es que dejaron de hacer lo básico, las cosas sencillas.
Ellos dijeron que se trataba probablemente de algo sin importancia. En resumen, diría que lo que yo encontré sencillo de hacer, ellos encontraronque era más sencillo no hacerlo. Seis años después, soy millonario mientras ellos siguen culpando a la economía, al gobierno, y a la política de las compañías, cuando la realidad es que dejaron de hacer lo básico, las cosas sencillas.
De hecho, la razón principal por la que la mayor parte de la gente no lo hace tan bien como podría y debería puede resumirse en una sola palabra: DESIDIA.
No es la falta de dinero – los bancos están repletos de dinero. No es la falta de oportunidad – América y gran parte del mundo libre continúa ofreciendo las mayores oportunidades, sin precedentes en los últimos seis mil años de historia. No es la falta de libros – las bibliotecas están llenas de libros – y ¡son gratis! No es la falta de escuelas – las clases están llenas de buenos profesores.
No es la falta de dinero – los bancos están repletos de dinero. No es la falta de oportunidad – América y gran parte del mundo libre continúa ofreciendo las mayores oportunidades, sin precedentes en los últimos seis mil años de historia. No es la falta de libros – las bibliotecas están llenas de libros – y ¡son gratis! No es la falta de escuelas – las clases están llenas de buenos profesores.
Tenemos muchos ministros, líderes, asesores y consejeros.
Todo lo que podríamos necesitar para ser ricos, poderosos, y refinados está a nuestro alcance. La razón principal por la que tan poca gente se beneficia de todo lo que tenemos alrededor es simple DESIDIA.
Todo lo que podríamos necesitar para ser ricos, poderosos, y refinados está a nuestro alcance. La razón principal por la que tan poca gente se beneficia de todo lo que tenemos alrededor es simple DESIDIA.
La DESIDIA es como una infección. Si la dejamos descontrolada se expandirá por todo nuestro sistema y llegará al punto de hacer fracasar toda una vida potencialmente repleta de satisfacción y prosperidad.
No hacer lo que sabemos que deberíamos nos hace sentirnos culpables, y la culpa acaba desgastando la confianza en uno mismo. Y a medida que disminuye la confianza en uno mismo, disminuye igualmente nuestro nivel de actividad. Y mientras nuestros resultados se resienten, nuestra actitud empieza a debilitarse. Y mientras nuestra actitud empieza a pasar lentamente de positiva a negativa, nuestra confianza en nosotros mismos se debilita aún más… Y así sucesivamente.
Así que mi sugerencia es que cuando tengáis que elegir entre “fácil de hacer” y “fácil de no hacer” no dejéis de realizar las actividades y conductas con poder para cambiar vuestras vidas: las simples, básicas y “fáciles”.
Jim Rohn
Fuente: http://foreverliving.intercomgi.es/